lunes, 26 de marzo de 2012

El Constructivismo

El construccionismo como corriente pedagógica afirma que “las personas construyen ideas sobre el funcionamiento del mundo y, pedagógicamente construyen sus aprendizajes activamente, creando nuevas ideas o conceptos basados en conocimientos presentes y pasados.” [1].

Vygotsky
Aunque la base del constructivismo se encuentra en Piaget, el autor más significativo en el desarrollo de esta corriente es Vygotsky, psicólogo ruso especializado en la psicología del desarrollo que estableció el concepto de zona de desarrollo próximo. La zona de desarrollo próximo es definida por Vygotsky como  “la distancia entre el nivel actual de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz” [2]. Vygotsky establece por tanto que el aprendizaje no es sólo un proceso individual, también es un proceso social definido por las interacciones entre el grupo de iguales.

Bruner

Sobre este concepto de la zona de desarrollo realizó también aportaciones Bruner, otro de los autores recomendados. Psicólogo americano nacido en 1915, ha hecho importantes contribuciones tanto a la psicología cognitiva como a la psicología de la educación.  Bruner prestó mucha atención al papel del tutor en las zonas de desarrollo próximo. Para Bruner la educación es una “labor de guía, de tutoría, de estructuración de situaciones y de relaciones” [3]. Establece el concepto de “andamiaje” para describir las ayudas a la construcción de aprendizajes.



Ausubel
Ausubel, el tercero de los autores, psicólogo americano creador del término “aprendizaje significativo”.  Ausubel establece que “el alumno aprende un contenido cualquiera cuando es capaz de atribuirle un significado” [1]. Para conseguir dotar de significado a los aprendizajes estos deben ser puestos en relación con conocimientos anteriores de los alumnos, ser motivadores, tener relación con su entorno y experiencias y ser funcionales.



Feuerstein
El último autor del que vamos a hablar es Feuerstein, psicólogo de origen judío también especialista en psicología cognitiva y psicología del desarrollo. Enunció la teoría de la modificabilidad cognitiva estructural, afirmando que cualquier persona es modificable mediante la interacción y puede ser mejorada, independiente de su nivel de desarrollo. Para ello elaboró el Programa de Enriquecimiento Instrumental, un programa que parte del supuesto de que todo el mal funcionamiento cognitivo de los sujetos, era consecuencia del uso inadecuado de una serie de funciones que podían considerarse como prerrequisitos de un funcionamiento cognitivo correcto. [4]

En la actualidad el constructivismo es una de las corrientes con mayor influencia en el campo educativo y se cita frecuentemente en las investigaciones sobre el empleo de las TIC en el contexto escolar debido al potencial que tienen estas para la construcción del conocimiento y la generación de experiencias significativas.

Referencias Bibliográficas:

[1] Romero Trenas, F. (2009). Aprendizaje significativo y constructivismo. Temas para la educación revista digital para profesionales de la enseñanza. Temas para la Educación. Recuperado de http://www.fe.ccoo.es/andalucia/docu/p5sd4981.pdf [25-03-2012]

[2] Vygotski, L. S. (1988). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, Grijalbo, Barcelona.

[3] Palacios, Jesús en Bruner, J. S. (1988). Desarrollo cognitivo y educación: Selección de textos de Jesús Palacios, Morata. Madrid.

[4] Roa Venegas, J. M. y Ramírez Fernández, S. (2003). El Programa de Enriquecimiento Instrumental de Feuerstein: Una aproximación teórica. Eúphoros, 6. Recuperado de http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1181333 [25-03-2012]


lunes, 19 de marzo de 2012

Motivación


“Si no quieres aprender, no vas a aprender”, esta frase, pronunciada por el profesor durante un debate en clase sobre motivación al estudio y la efectividad de las medidas de coacción, ejemplifica para mi uno de los problemas actuales del sistema educativo.

Si hemos llegado a un punto en que, afortunadamente, las medidas de coacción no funcionan, ¿Cómo podemos hacer que los alumnos se impliquen en la asignatura?

Los efectos de la motivación en el proceso de enseñanza-aprendizaje han sido objeto de estudio desde disciplinas como la psicología o la pedagogía, que consideran a la motivación como un elemento clave en el éxito del proceso. 

En el artículo “Motivación hacia el estudio y la cultura escolar: Estado de la cuestión” [1], se establecen tres variables motivacionales:
  •  Motivación intrínseca: La más investigada y hace referencia a la voluntad del alumno por estudiar. Puede ser por interés profesional (conseguir un buen trabajo), interés personal (estudira por satisfacción personal) o interés escolar (sacar buenas notas).
  • Motivación extrínseca: Es la que nace fuera del alumno, puede provenir del entorno escolar, familiar… Esta motivación depende de la anterior, sino existe una motivación intrínseca, la extrínseca es poco eficaz.
  • Motivación social: Es la proporcionada por el grupo de iguales, el desarrollo de determinadas conductas para ser admitido en un grupo.
El profesor puede contribuir a desarrollar cualquiera de estas variables: ayudando al alumno a desarrollar procesos de motivación intrínseca, estableciendo elementos de motivación extrínseca y creando un clima social que motive a la implicación en la asignatura.

En la misma línea se sitúan Natacha Carolina Febres y Danila Del Valle que  en su artículo “Motivación: pieza clave en el aula de clase” [2] definen la motivación como como “un proceso en el que intervienen diferentes elementos y que se inicia con la aparición de una serie de estímulos internos y externos que hacen sentir unas necesidades, las cuales se concretan en un deseo específico y orientan las actividades o la conducta en la dirección del logro de unos objetivos capaces de satisfacerlas.”

En este artículo, proponen una serie de estrategias para el empleo en niveles de educación superior, pero me parecen aplicables en otros ámbitos educativos: Plantear retos, Utilizar conocimientos innovadores de actualidad e interés, organizar grupos de estudio, motivar la sana competencia, utilizar dinámicas creativas, relacionar el conocimiento estudiado con el entorno, establecer temáticas integrales. 

Relacionado con el post anterior, me parece importante destacar que la generación de pensamiento positivo también es un elemento que contribuye a la motivación

La motivación es un elemento esencial para mejorar el rendimiento de los alumnos y es necesario trabajarla en el aula y fuera de ella. La motivación requiere de cierto grado de  individualización, por tanto, cuando potenciamos la motivación estamos realizando tutoría.

Pd.- Durante la lectura de artículos para la elaboración de esta entrada he leído un estudio muy interesante [3] sobre la relación entre motivación y estilos de aprendizaje que afirma que no existe ninguna relación. Apunto este tema como posible para futuras reflexiones.

Referencias Bibliográficas
[1] Mar, A., Estudio, H. E. L., Escolar, L. A. C., & Cuesti, E. D. E. L. A. (2006). Motivación hacia el estudio y la cultura escolar : Estado de la cuestión. Pensamiento, 2(006), 87-101. Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/801/80100608.pdf [19-03-2012]
[2] Febres De Goncalves, N. C., & Zanini De Alonso, D. D. V. (2009). Motivación: pieza clave en el aula de clase. Revista educación en valores, (11), 52-64. Recuperado de http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3269253 [19-03-2012]
[3] López Aguado, M., & Silva Falchetti, E. (2009). Estilos de aprendizaje. Relación con motivación y estrategias. Revista de estilos de aprendizaje, 4(4), 202. Recuperado de http://www.doredin.mec.es/documentos/00820103010057.pdf [19-03-2012]
 

domingo, 18 de marzo de 2012

Pensamiento Positivo


    Durante la primera clase de la asignatura, hablando con Luis sobre expectativas, salió el tema del optimismo, el pesimismo, y el pensamiento positivo.

     El pensamiento positivo es una teoría, creada por el Dr. Norman Vincent Peale, que afirma que mantener una actitud optimista ante los problemas es útil para superar dificultades y ayuda a alcanzar una vida plena y satisfactoria.

     En su libro “The Power of Positive Thinking: 10 Traits for Maximum Results”[1] el Dr. Peale afirma que enseña pensamiento positivo “no cómo un medio para obtener fama, riqueza o poder, sino como la aplicación práctica de la fe para superar la derrota y adquirir valores creativos significativos en la vida”.

     Esta teoría iniciada en su libro “The Power of Positive Thinking”, ha sido desarrollada y aplicada en campos como la psicología, la medicina, la educación...

    En lo que a educación se refiere, me llaman la atención estudios como el desarrollado por el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Corea [2], que afirma que el pensamiento positivo incrementa la satisfacción vital. Aunque, como se afirma dentro del artículo, existen otros estudios que no han encontrado relación.

    Por lo que he leído, existe una gran controversia en torno a la eficacia del pensamiento positivo. Mientras algunos autores afirman que resulta una herramienta eficaz a la hora de afrontar la resolución de problemas y el manejo de las emociones, otros consideran que puede llegar a ser una fuente de estrés y frustración.

   Desde mi punto de vista, el pensamiento positivo es una herramienta muy importante para lograr la felicidad en la vida, ayudando a afrontar el día a día. En los tiempos que corren, yo mismo me he visto arrastrado a pensamientos pesimistas y he comprobado cómo estos me bloquean a la hora de afrontar mis problemas personales.

    Lamentablemente, la difusión de esta teoría se ve lastrada por la gran cantidad de libros, páginas web, artículos… que proponen el pensamiento como la cura milagrosa de todos los males. Buscando información para este post he tenido que hacer un trabajo muy importante de criba a la hora de separar la paja del grano. Esta literatura le hace un flaco favor a la difusión del pensamiento positivo.

    El ayudar a desarrollar estrategias de pensamiento positivo es una actividad que puede tener lugar dentro de la tutoría. Ya que considero que parte de la función del tutor es la de guía.

    Según un estudio de Christi Bamford y Kristin Hansen Lagattuta [3] de las universidades de Jacksonville y California respectivamente, los padres son una figura clave para que los hijos aprendan a usar el pensamiento positivo. Considero por tanto necesario que el tutor trabaje también con el entorno familiar del alumno si así lo cree oportuno.

    En conclusión, considero que el pensamiento positivo es una herramienta útil, aunque no la única, a la hora de tratar problemas adaptativos, de estrés, ansiedad… siendo interesante que el tutor la conozca y utilice, si lo considera oportuno, en el desarrollo de sus funciones.
 
Referencias Bibliográficas:

[1] Peale, D. N. V. (2003). The Power of Positive Thinking: 10 Traits for Maximum Results (p. 240). New York:Fireside. Recuperado de http://books.google.es/books?id=kRO_lIGx37sC&printsec=frontcover&dq=The+Power+of+Positive+Thinking:+10+Traits+for+Maximum+Results&hl=es&sa=X&ei=wy1mT7efCYewhAeq35GACg&ved=0CDgQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false [18-03-2012]

[2] Jung, J. Y., Oh, Y. H., Oh, K. S., Suh, D. W., Shin, Y. C., & Kim, H. J. (2007). Positive-Thinking and Life Satisfaction amongst Koreans. Yonsei Medical Journal, 48(3), 371-378. Yonsei University College of Medicine. Recuperado de http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?cmd=Retrieve&db=PubMed&dopt=Citation&list_uids=17594143 [18-03-2012]

[3] Bamford, C., & Lagattuta, K. H. (2011). Looking on the Bright Side: Childrenʼs Knowledge About the Benefits of Positive Versus Negative Thinking. Child Development, 00(0), 1-16. Wiley Online Library. Recuperado de http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22187976 [18-03-2012]